“XANOI” (II): “COMUNICACIÓN INTERCULTURAL” (1, P.9)
HIPATIA Asociación Intercultural

“XANOI” (II): “COMUNICACIÓN INTERCULTURAL” (1, P.9)

Departamento Investigación Social Hipatia C.I.

Departamento de Investigación Hipatia | 24 oct 2025


Columna: ESTUDIOS SOCIALES /Centro Intercultural Hipatia

Texto: M. Palou-Bosch (Dpto. Investigación CI Hipatia), 2025.

Imagen: 2017, Buenos Aires, Verónica Grandjean (MIGRACIONES E INTERCULTURALIDAD, pág.1)

1) MIGRACIONES E INTERCULTURALIDAD –GUIA PARA EL DESARROLLO Y FORTALECIMIENTOS DE LAS HABILIDADES EN COMUNICACIÓN INTERCULTURAL. O.I.M –ORGANIZACIÓN INTERNACIONAL MIGRACIONES O.N.U –MIGRACIÓN. Documento elaborado por la Oficina en Argentina. Dirección: Gabriela Fernández.

(http://www.argentina.iom.int/co/iombuenosaires@iom.int)

Coordinación: Mariana Beheran. Diseño: Verónica Grandjean. Edición: 2017, OIM

Nota: no se observa la autoría particular de los artículos del documento.

2) DICCIONARIO DE TRABAJO SOCIAL, E.Ander-Egg, “Ecro”, El Ateneo, México, 1994.

“XANOI” (II): “COMUNICACIÓN INTERCULTURAL” (1, P.9)

                El autor Clivati Capelo (1, p.11), en 2003 afirmaba que las coincidencias y enemistades o animadversiones son comunes a todas las personas, independientemente de sus culturas y etnias. En este sentido, la experta en educación, interpreta las relaciones humanas como un espectro más bien de carácter individual (con cierto enfoque psicológico). O sea, los individuos se relacionan y tienen éxitos o fracasos, en sus relaciones, en función de sus particulares personalidades, formadas durante años (especialmente en la formación infantil y adolescente) a través de sus familias, estudios, trabajos, amistades, traumas, éxitos, etc. En definitiva, de su propio ECRO (Esquema conceptual referencial operativo, Pichon-Rivière, 1956, I congreso Psicoanálisis, B. Aires) (2). Por tanto, las culturas y etnias en sí mismas no serían razón de enfrentamiento, sino que dependería de las capacidades individuales para relacionarse. Si el individuo está constituido por un ECRO que se configura con elementos desafortunados, como envidias, resentimientos, resquemores, odios y similares, creará siempre un halo de desconfianza respecto a su interlocutor, lo que provocará una distancia con difícil posibilidad de acuerdos, salvo que la otra parte ceda totalmente, perdiendo así su propia libertad de opinar.

                Otra cuestión podría darse cuando los sujetos se hubiesen formado con culturas rígidas, dogmáticas o chauvinistas, en tanto en cuanto alejan, desprecian o repelen a cualquier individuo o grupo que no coincide con el ECRO del sujeto o grupo que repele. Este tipo de culturas o personas (ecros), que yo denomino “culturas de la muerte”, sólo desean mantener (con cierta actitud paranoide) su propia estructura, evitando, o considerando, las otras formas de vida como peligrosas para su existencia, sintiéndose obsesivamente vulnerables al distinto (grupo o persona). Esta manía u obsesión provoca la irascibilidad ante la creencia de ser destruido. Ante este sentimiento, emerge una conducta dirigida a la destrucción del otro (en la historia social tenemos ejemplos, como los genocidios de determinadas etnias). Esta conducta, al ser liquidadora de vida (emocional o física, o ambas), contradice todo sentido de la naturaleza, cuyo principio esencial de todos los elementos vivos se refleja en su instinto de supervivencia. Si un individuo o un grupo de ellos, por los ecros y culturas constituidos, pretenden gratuitamente la destrucción de parte de la naturaleza, estaríamos hablando, entonces, de una “cultura de la muerte”, fuera de todo sentido fundamental de la existencia humana.

                En consecuencia, toda aquella relación que entorpece la comunicación, en aras a mantener una de las partes su propio discurso, atentando contra la otra parte, por si acaso ésta destruyera sus creencias y convicciones, no es más que un trastorno, una dolencia, una afección, una alteración de la salud del individuo, grupo, comunidad o sociedad.

                En este sentido, el discurso de los Derechos Humanos, no sólo porque se acordaron entre diversas culturas, es la referencia que da orientación a los individuos, pues su intención es de respeto a la vida y no de posibilitar su destrucción. De ahí que Capelo manifieste que “la supuesta homogeneidad de los distintos grupos se [sustituya] por el reconocimiento de la heterogeneidad, y en donde se comprenda que las identidades sociales se [definen] continuamente, siendo imposible [dar categorías] a los grupos de manera arbitraria y estanca” (1, ibíd.) en función de su particularidad. En definitiva, estamos ante una nueva estructura social donde se hace necesario una cultura y moral nuevas: el ecro del pacto.

CONTINUARÁ…

Dpto. Investigación social

centrointerculturalhipatia@gmail.com

 

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