LA BONDAD HUMANA DE CUBA

Texto: Sección Histórico-Cultural /CASA AMISTAD BALEARES CUBA

Imagen: Cartel Campaña PCPE de ayuda sanitaria a Cuba del 9 al 26 de noviembre de 2025 (UNIDAD Y LUCHA, nº 445. Pág. 9)

Fuente: (1) UNIDAD Y LUCHA, nº 445 (DL:M-2588/2013): “Solidaridad internacionalista y práctica revolucionaria”, Teresa Pantoja. (2) EL CORAZÓN DEL HOMBRE, Erich Formm, traducción de Florentino M. Torner (F.C.E. México, 1966. Original inglés (The heart of man): Harper & Row, N.York, Evanston y Londres, 1964).

LA BONDAD HUMANA DE CUBA

La autora del artículo (1) nos recuerda las buenas acciones de Cuba respecto al resto del mundo. En realidad, este pequeño país, maltratado por el injusto embargo financiero y económico, ha sido el más ejemplar respecto de lo que debía ser la famosa “globalización”, es decir, aquel concepto que debía llevar el desarrollo y ayuda a todo el Planeta, para intentar igualar la dignidad de la vida del ser humano. Mientras que, quienes desarrollaron este plan globalizador, al final se ha demostrado que lo único que pretendían era dominar a la mayoría de los pueblos y acorralarlos en un estado de dependencia para evitar su autonomía y desarrollo de sus economías. Las trampas se han visto cuando grandes empresas multinacionales –muchas veces subvencionadas por sus propios Estados— han contratado con países pobres o en desarrollo para beneficiarse de sus riquezas naturales (esencialmente materia prima para energía y elementos para equipos de la comunicación y de las tecnológicas), sin que estos países hayan llegado a un bienestar social siquiera parecido a los territorios donde residen las grandes industrias explotadoras.

                El artículo de Teresa Pantoja (1) alude al verdadero internacionalismo de Cuba. Esta actitud desplaza toda duda sobre un posible Estado narcisista y con “fijación incestuosa” (2). Aquella sociedad que queda fusionada a la tribu, a sus raíces, que no sabe abrirse a los demás, que no desea relacionarse con otras culturas, o que las repudia u odia, o les tiene miedo, es como el individuo que no quiere salir del seno materno, “racial, nacional o [de su referencia] religiosa” (2): es un ser que no crece, se queda en su fase infantil. El ser humano sólo “es libre para avanzar y ser él mismo, en el grado en que se libera de todas las formas de fijación incestuosa” (2). Otros países más importantes y poderosos sí tienen este tipo de fijación, concretamente el propio imperio USA que tiene miedo al pequeño pueblo cubano, y por eso lo castiga con el embargo.

                El internacionalismo permite esta liberación del narcisismo y evita el solipsismo y la xenofobia. La fijación en el propio “yo grupal” (nacionalismo, entendido éste como la fijación sobre el seno del país que ha gestado al individuo y grupo) implica una “fijación incestuosa” con la tierra, sin admitir a otras naciones, culturas, idiomas, solares o geografías.

                Este internacionalismo cubano, que muestra una mayor salubridad social que otros países más poderosos, ha apoyado, nos señala la cronista, “los procesos de descolonización en África durante el siglo XX”, ha participado en “la lucha contra el apartheid” y ha enviado médicos para luchar contra enfermedades: el “ébola en África Occidental entre 2014 y 2015”; el “covid-19 en más de 40 países”. Un pueblo que tiene prohibido recibir y que, sin embargo, entrega gratuitamente, solidariamente.

                Por ello, resulta elogiable que una brigada (“Francisco Rey, Moncho”), organizada por el PCPE, se traslade a la república cubana del 9 al 26 de noviembre de 2025 para aportar medicinas, productos sanitarios y ánimos para seguir resistiendo la injusticia a la que está desgraciadamente sometido su pueblo.

Diciembre 2025

CASA AMISTAD BALEARES CUBA