CONVERSANDO CON NURIA RUIZ FERNÁNDEZ
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CONVERSANDO CON NURIA RUIZ FERNÁNDEZ

Su obra: "Mujeres", conjunto de relatos sobre mujeres y sus sentimientos

Nuria Ruiz Fernández | 18 ago 2025


‘Mujeres’ de Nuria Ruíz Fernández 

Magníficos relatos de Sentimientos de Mujeres

Misterio, suspense, profundidad, y más

Buenas tardes.

Nos hemos reunido para hablar de tu obra ‘Mujeres’, compuesta por un conjunto de relatos que hablan sobre mujeres y sus sentimientos. 

J.M.: Pero antes de hablar de tu conjunto de relatos, me gustaría que nos hablaras de ti. Te has dedicado una gran parte de tu vida a mostrar lo que otros hacían:  escritores, pintores, y artistas de las más variadas disciplinas. Me gustaría que nos hablaras de dicha experiencia, agradeciéndote  primeramente tu labor. Me gustaría que nos dijeras dónde naciste, en qué lugar resides en la actualidad, a qué te has dedicado aparte de a escribir y a hacer programas de radio, y todo lo que consideres importante para un primer acercamiento a nuestros lectores.

N.R.: He dedicado gran parte de mi vida a visibilizar el trabajo de escritores y músicos, aunque, a través de la revista Hércules, una publicación trimestral en papel que mantuvimos viva durante cinco años, dimos voz a todo tipo de artistas: fotógrafos, críticos literarios, pintores, músicos… Era un espacio abierto a la creación en todas sus formas.

Siempre he residido en Algeciras, y me siento orgullosa de haber nacido en este enclave estratégico entre Marruecos y Gibraltar. Algeciras es ciudad madre y ciudad madrastra, con el viento de levante como compañero inevitable y el mar como calle de agua donde, según el mito, Hércules separó dos continentes.

Mi primera profesión ha sido la de asesora comercial, oficio al que me dedico desde los veinte años: empecé en una empresa de seguros, después pasé por el mundo de la ofimática, y hoy en día asesoro a las administraciones públicas en una compañía de digitalización. Este profesión me ha permitido desarrollar mi segunda vocación, la de la comunicación, escribir y acompañar a otros escritores en el camino hacia la publicación, a través de la corrección y la edición.

Otra gran parte de mi vida ha estado ligada a los medios de comunicación, sobre todo a la radio. He trabajado en ella durante más de veinte años y aún sigo como colaboradora en Canal Sur Radio. Mis comienzos fueron en la televisión local, Algeciras TV, donde, con apenas veinticinco años, presentaba un magazine en directo los sábados por la mañana, hasta que la cadena cerró. Después pasé a la radio municipal de La Línea, donde conduje durante varios años un programa de música. Continué un tiempo en la emisora creada por la Asociación Amigos de la Radio de La Línea de la Concepción, hasta que recalé en Multimedia, la radio municipal de San Roque, donde permanecí más de una década, hasta que llegó la pandemia. Para no sentirme intrusa en este mundo, me formé en periodismo digital y como locutora de radio y televisión en la ECAM (Escuela de Cinematografía y del Audiovisual de Madrid). Estoy muy orgullosa de la labor realizada en todos estos años: la radio ha sido, y sigue siendo, una casa donde la palabra se enciende y se comparte.

Hoy en día compagino mi labor profesional por las mañanas con mi labor docente por las tardes, porque imparto talleres de escritura creativa y terapéutica, además de dedicarme a la corrección de textos y a la organización de eventos culturales, como los Almuerzos literarios y el Recital Voces Silenciadas

Pertenezco a UniCo, Unión de Correctores de España, y cuento con el título de Correctora de textos, un Máster en Escritura , y una especialización en la enseñanza de la lengua y la literatura españolas por la Universidad Miguel de Cervantes, entre otros estudios y títulos que prefiero no enumerar para no alargar.

Creo firmemente que para enseñar hay que formarse, y en ello sigo: aprendiendo, perfeccionándome y compartiendo lo que sé. La escritura no es solo un oficio, sino una manera de estar en el mundo.

J.M.: Comencemos con el primer relato de tu obra, cuyo título es ‘La mujer más solitaria del mundo’, que nos narra la historia de Agafia Lykova, que vive ermitaña en medio de la helada Siberia. Nos expones al principio, que el clan Lykova huyó de la persecución religiosa de Stalin, en 1936, y fueron a la búsqueda del aislamiento absoluto. ¿Qué te llevó a querer escribir dicha historia? ¿Puedes decir algo de dicho relato para que nuestros lectores se hagan una idea?

N.R.: La idea surgió de manera casi inesperada. Estaba estudiando sobre la metaliteratura en la narrativa y pensando en escribir un relato que girara en torno a ese concepto, cuando, leyendo en un periódico digital, me encontré con la historia de la familia Lykova. Aquella familia había huido en 1936 de la persecución religiosa de Stalin y se refugió en la Siberia más inhóspita, aislada del mundo durante décadas. La única superviviente era Agafia, y de pronto me asaltó la pregunta: ¿cómo había podido sobrevivir esta mujer allí, en medio de la nada?

La idea se impuso sola. Me puse a documentarme para saber qué libros podían haber estado publicados en aquella época y de qué modo podía relacionarlos con su historia. Así nació este relato, que decidí colocar en primer lugar porque concentra varias de las ideas que atraviesan toda la obra: la resiliencia, la fortaleza de la mujer, la importancia de la lectura como refugio y tabla de salvación, y la soledad como territorio humano profundo y universal.

J.M.: El segundo relato que encontramos, lleva por título ‘Tú y las amapolas’. Magnífico relato que me encantó leer, que tiene como protagonista a una mujer soltera llamada Inma, que vive sola en un pueblecito de montaña bastante apartado del centro y aún más de la ciudad, en una pequeña casita de una planta de menos de cincuenta metros cuadrados y con un gran jardín repleto de  coloreadas flores silvestres y enredaderas. Ella se dedica a pintar, pero un día decide escribir lo sucedido a consecuencia de que el gato que vive en su casa tire un bote de pintura roja. ¿Cuál fue la semilla que hizo que brotara dicha historia?

N.R.: Este relato nació en los años en que dirigía la revista Hércules. La codirectora, la también escritora Carmen Sánchez Melga, era quien llevaba la sección de pintura. Con ella llegamos incluso a organizar exposiciones pictóricas bajo el amparo de la revista. Carmen es una mujer muy especial, amante de la pintura y de los gatos, y nacida en un pueblo de montaña de la serranía malagueña.

Al pensar en ella, empecé a imaginar un personaje inspirado en su esencia, pero pronto el relato cobró vida propia. Decidí escribirlo en primera persona, con la estructura de un diario íntimo, y mezclar en él poesía, pintura y humor. De esa combinación —y de la imagen del gato volcando un bote de pintura roja, como si fuese un disparo de azar— surgió la semilla que germinó en Tú y las amapolas.

J.M.: El tercer relato, se titula ‘Con los ojos del alma’. La protagonista del relato, Natalia, había regresado, hacía cuatro meses, de un viaje por Chile; exactamente, por los Andes patagónicos. Llegaba henchida de felicidad  con el deseo de escribir la que iba a ser su mejor novela. Sin embargo, se encuentra con unas serie de muertes de personas que ella quiere, que se han suicidado de distintas formas. Un policía vecino cree que ella tiene algo que ver y le dice que la vigila. ¿Qué te llevó a querer escribir dicho relato? 

N.R.: Este relato nació a partir de una fotografía que me envió la escritora catalana Mayte Bravo Bañón, con quien tuve una estrecha amistad. Mayte era una mujer muy especial, dedicada a enseñar a los niños a escribir, y que tristemente desapareció hace unos años. Aquella imagen era de la Patagonia, y al verla sentí la necesidad de transformarla en literatura.

Como soy amante del género negro, decidí construir en torno a ella una historia con tintes de misterio y suspense. De ese modo, Con los ojos del alma se convirtió también en un homenaje a Mayte, a su mirada y a su amor por la escritura, que siguen vivos en quienes la recordamos.

J.M.: El siguiente relato que encontramos se titula ‘Lina piernas largas’. ‘En comisaría, Lina Piernas Largas y Colin el Balas interrogaban a Jony Tres Dedos en una sala que olía a tabaco aunque no se podía fumar’. Creo que esta frase puede dar una idea a nuestros lectores de la historia. ¿Qué añadirías tu para que pique la curiosidad de leerla?

N.R.: Como he comentado, soy una gran amante del género negro, y me atraía el reto de condensar en pocas páginas una historia que mantuviera la tensión y el ambiente característicos de este estilo. No es fácil lograrlo en un relato corto, pero precisamente ahí estaba el desafío.

En este caso quise crear una protagonista que fuera todo lo contrario a lo que solemos encontrar: no la mujer leal, comprometida con la sociedad y con un código propio, sino alguien con una moral ambigua, oscura y peligrosa, capaz de moverse en los márgenes. Así nació Lina Piernas Largas, un personaje que juega con el lector, porque nunca sabes del todo si puedes confiar en ella.

Digamos que, si entras en esa sala de interrogatorios donde huele a tabaco sin que nadie fume, mejor no te fíes demasiado… ni de Lina, ni de Colin, ni de Jony Tres Dedos. Porque en esa mesa nunca está claro quién pregunta y quién miente.

J.M.: El siguiente relato, que tiene como título ‘Oscuridad’, nos cuenta la historia de lo que le ocurre a una chica llamada Luna que se queda ciega por un accidente. ¿Cómo  fue que decidiste hablar sobre la ceguera?

N.R.: Pertenezco al grupo Infusinate, un colectivo de escritores y escritoras del Campo de Gibraltar que lleva más de diez años proponiéndose un tema al mes para escribir un relato. En una de esas ocasiones, tocó trabajar sobre la emoción del miedo.

Me puse a pensar qué escribir y enseguida vino a mi memoria mi abuelo materno, que perdió la vista siendo muy joven. Yo ya lo conocí ciego, y esa experiencia marcó profundamente mi infancia. Durante muchos años tuve miedo a la oscuridad: no podía estar en una habitación cerrada y sin luz. Con mucho trabajo personal conseguí superar ese miedo, pero decidí transformarlo en literatura y darle cuerpo en este relato.

Así nació Oscuridad, una historia que, más allá de hablar de la ceguera, explora el miedo profundo que todos llevamos dentro y la forma en que la vida nos obliga a enfrentarnos a él.

N.R.: En Puerta de emergencia quise acercarme a la prostitución desde dentro, desde la propia habitación de un cliente y desde la mirada de la protagonista, Natasha. La intención era que el relato produjera una sensación intensa, casi de asco y tensión, de manera que quien lo lea no pueda olvidarlo fácilmente.

No se trata de juzgar a nadie, sino de mostrar la experiencia desde su punto de vista, revelando lo que sienten muchas mujeres que ejercen la prostitución: la rutina del acto sexual como una especie de condena, la lucha por mantener su humanidad en medio de la obligación. Natasha es, en este sentido, representativa de todas ellas, y leer su historia es adentrarse en un mundo difícil, visceral y profundamente humano.

He pasado muchos años estudiando este tema, hablando con mujeres que viven esta realidad y, en algunos casos, con sus clientes. De hecho, una de mis novelas aún en proceso se adentra de lleno en el mundo de la prostitución; algún día verá la luz. Ha sido un trabajo de calle, anónimo y oculto a mi entorno, que me ha hecho replantearme muchas cosas sobre la vida, la dignidad y la supervivencia. Estoy muy contenta con este trabajo de investigación y empatía sobre sus vidas que he realizado, aunque hasta ahora nadie lo sabía; lo que te estoy contando es un pequeño adelanto. Y Puerta de emergencia es solo una pequeña parte de esa novela, un fragmento que condensa toda esa experiencia y mirada.

J.M.:  ‘El camino de Xauen, es el siguiente relato. ¿Qué puedes contar a nuestros lectores respecto a este relato en el que se enlazan una mujer, sus sueños, un museo que arde y un cuadro de dicho museo?

N.R.: Como comenté al principio, siempre me he estado formando para poder después transmitir lo que aprendo. En este caso, llegó a La Línea de la Concepción la escritora madrileña y crítica literaria, Sonia Aldama, hoy en día gran amiga, para impartir un taller de escritura en el museo Cruz Herrera, recién remodelado. Uno de los ejercicios que nos propuso fue escribir un relato inspirado en uno de los cuadros allí expuestos, y coincidió que eran del pintor linense Cruz Herrera.

Escribí un pequeño relato, lo que se podía hacer en una clase de un par de horas, y elegí el cuadro de La Morita. Sin embargo, en casa quise profundizar y me puse a investigar sobre el cuadro y su autor. Descubrí que los últimos años de Cruz Herrera los vivió en Marruecos, pero la información sobre esa etapa era escasa, casi una gran laguna. Entonces decidí inventar lo que pudo suceder allí, ampliando, retocando y modificando mi relato inicial, y añadiendo el suspense y el género negro, que la historia pedía por sí misma.

Creo que es el único relato que se ha escrito sobre este pintor abordando su posible historia en Marruecos, y estoy muy contenta con el resultado. Es una mezcla de arte, misterio y creación literaria que conecta sueños, historia y personajes de manera inesperada.

N.R.: Exacto, los fui escribiendo según surgían, por distintas ideas o estímulos, como ya he comentado. Más tarde me di cuenta de que, sin proponérmelo, la mayoría de las protagonistas eran mujeres. Como ya había publicado el libro de relatos Hombres, decidí reunir estos cuentos y así nació Mujeres

N.R.: Bueno, todos los relatos son importantes para mí, porque están escritos en distintos momentos de mi vida y cada uno guarda su propia carga emocional. Los que hemos comentado aquí son tan significativos como los demás, pero si tuviera que elegir uno, sería “La despedida”.

Es un relato muy intimista: narra la despedida de una madre, su fallecimiento, pero a la vez refleja cómo me gustaría que mi hija —también escritora— me recordara. Al mismo tiempo, es la manera en que yo recordaré a mi madre cuando ella ya no esté, ahora que está enferma de Alzheimer.

En la historia se entrelazan tres mujeres: la madre, la hija y yo misma. Cada una aporta su mirada sobre la vida, sus recuerdos y emociones. Es un relato íntimo, psicológico y ambiguo, donde lo personal y lo literario se mezclan, explorando cómo el amor y la memoria moldean nuestra existencia.

Además de La despedida, el segundo sería Nana, donde describo la enfermedad mental de una joven y su relación con su madre. Este relato tiene mucho de mí y de mi propia juventud, y explora emociones y conflictos muy personales.

El tercer relato sería La vida bajo sus pies, cuya protagonista es una persona real. Yo solo me imaginé su vida y sus posibles finales. Decidí ofrecer dos finales, porque no quería dejar a la protagonista sin esperanza. Habla de drogas, maltrato y una existencia marcada por la pérdida de expectativas, pero también de la posibilidad de encontrar luz incluso en circunstancias difíciles.

Estos tres relatos, cada uno a su manera, reflejan mi interés por explorar la psicología, la vulnerabilidad y la resiliencia de las mujeres, conectando lo íntimo con lo literario y social.

N.R.: Sin lugar a dudas, el relato que más me costó escribir fue “La despedida”. Lo escribí con el corazón en la mano y lloré mientras lo hacía. Cada palabra estaba cargada de emoción, porque hablaba de la pérdida, de la memoria y del amor entre madres e hijas, y a la vez conectaba con mis propios recuerdos y temores sobre mi madre. Fue un proceso intenso, doloroso y profundamente personal, pero también necesario para darle voz a sentimientos que no se pueden expresar de otra manera. 

N.R.: Además de Mujeres, he publicado varias obras a lo largo de mi trayectoria:

·    El mar de mis recuerdos: mi primer libro, una recopilación de poesía y relatos escritos entre los 15 y los 25 años, publicado de manera autopublicada.

·    Amor: un libro de poemas de amor, editado por el Departamento de Turismo del Ayuntamiento de Algeciras.

·    Bitácora de un viaje a Tánger sin retorno: poesía escrita a lo largo de once años durante mi estancia en Marruecos. Combina poesía libre y métrica de zejel para contar la historia de una mujer que abandona su país y construye su vida en un lugar desconocido. Editado por la Editorial Juanjo Sánchez.

·    Dos puntos suspensivos: recopilación de artículos de opinión escritos durante once años para Onda Cero Algeciras, publicado por la Editorial Imagenta.

·    Hombres: libro de relatos cortos protagonizados por hombres. Uno de los relatos obtuvo el primer premio de relato José Luis Cano, cuyo galardón fue la publicación del libro con una tirada de 100 ejemplares.

Cada obra refleja distintos momentos de mi vida y de mi mirada sobre el mundo, y todas ellas han sido experiencias de aprendizaje y exploración literaria que me han acompañado hasta llegar a Mujeres.

J.M.: ¿Ya tienes pensada tu próxima obra? ¿Puedes decirnos algo sobre ella?

N.R.: Como he comentado antes, tengo empezada una novela cuyo tema principal es la prostitución, dentro del género negro. En paralelo, estoy más avanzada con otra novela cuyo protagonista es un hombre homosexual, también de género negro. Con esta segunda obra quiero rendir un homenaje a la obra de Eduardo Mendicutti, que ha sido una gran influencia en mi escritura. Espero poder terminar ambas novelas algún día.

Además, en breve tengo pendiente publicar con la editorial Diversidad Literaria la segunda parte de Dos puntos suspensivos, una recopilación de artículos de opinión recogidos durante varios años en distintos digitales. También tengo un poemario ya escrito, al que solo le falta dar forma y encontrar editorial.

J.M.: ¿Qué quieres añadir a esta entrevista que consideres importante y que no haya salido a lo largo de ella?

N.R.: Quisiera agradecer esta entrevista y, sobre todo, dar las gracias a todas las personas que me siguen y apoyan en mis “locuras literarias”, especialmente en los eventos que organizo. Agradezco a la vida este don que me ha dado, y lo que más me hace feliz es transmitir y ayudar a los escritores que empiezan, darles visibilidad y tenderles una mano, porque eso es precisamente lo que a mí me hubiera gustado recibir cuando comencé. Es un placer poder compartir este don de la escritura y ver cómo crece en otros. 

                                                           Juana María Fernández Llobera

Las actividades del Centro Intercultural Hipatia son apoyadas por la Fundación Guillem Cifre de Colonya Caixa Pollença

 

 

 

 

 

 

 

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