"TODAS LAS LLUVIAS" DE ROSARIO LÓPEZ
HIPATIA Asociación Intercultural 
icono de búsqueda de contenidos
HIPATIA Asociación Intercultural

"TODAS LAS LLUVIAS" DE ROSARIO LÓPEZ

Ganadora del Premio de Novela Ángeles Martín

Rosario López | 29 oct 2025


  ‘Todas las lluvias’ de Rosario López

Ganadora del Premio de Novela Ángeles Martín

en su segunda edición.

 Buenas tardes, Rosario.

Nos reunimos hoy para hablar de tu novela ‘Todas las lluvias’, que fue galardonada con el Premio de novela corta Ángeles Martín en su segunda edición. Dicho premio es de carácter bienal y está patrocinado por AMEIS (Asociación de Mujeres Escritoras e Ilustradoras). En esta segunda edición, ha colaborado la Editorial Pie de Página, que ha sido la encargada de la edición de la novela ganadora, y ha podido contar con el patrocinio del Centro Español de Derechos Reprográficos (CEDRO). Ángeles Martín fue cofundadora de AMEIS, siendo una agente literaria y pionera feminista muy querida y valorada, a la cual se le concedió en marzo de 2022 el AMEIS de plata, galardón que reconoce el aporte de la premiada al avance de la mujer en el mundo de la literatura. Pocos días después de recibir el premio falleció y para rendirle homenaje nació el Premio Ángeles Martín. En la novela, al principio, hay una nota de la Editorial  titulada ‘Historias de mujeres’, que ésta escrita por Álvaro Martín, que es el Director de la Editorial Pie de Pagina, seguido del Prólogo cuya autora es Lourdes García Pinel, que es vocal de la Junta Directiva de AMEIS.

J.M.: Antes de hablar de tu novela, me gustaría que nos hablaras de ti para que nuestros lectores te conozcan. Podrías contarnos dónde naciste, el lugar en el cual resides ahora, qué te llevó a estudiar Periodismo, cómo fue que te decidiste a hacer un máster en Narrativa en la Escuela de Escritores, cuál es la razón que te llevó a hacer un máster en Edición en la Universidad Autónoma de Madrid, cómo fueron tus inicios en la escritura, y todo lo que creas importante para un primer acercamiento.

R.L.: Crecí en Andalucía, en Sevilla, en un pueblo a cuarenta kilómetros de la ciudad. Estudié Periodismo y durante muchos años trabajé solo de ello. Me gustaba (y me gusta) preguntar y conocer. Viví en Praga, en Melilla y los Balcanes, por trabajo, becas y voluntariados. En Macedonia no hablaba nada de español, salvo en las clases que impartía, y volví a escribir mucho para mí. Era la única manera de comunicarme conmigo, en mi idioma, una manera de estar en casa. Conecté con mis primeras relaciones con la escritura: con llevar diarios y escribir cuentos para mi primo o poesía para los amores adolescentes. Fue por eso que al regresar me formé en literatura, a través de ambos másteres; y ahora compagino un poco todos esos mundos.  

J.M.: La novela tiene como protagonista a Rocío, una editora joven, que atraviesa un proceso de duelo por la pérdida de su abuela Aurora, que ha sido un referente esencial en su vida. ¿Cómo nació la novela?¿Fue a consecuencia de la pérdida de tu abuela Rosario, que es la mujer a la que dedicas tu novela? 

R.L.: Las pérdidas siempre desordenan. Al vivir en Madrid, no veía a mi abuela todos los días, pero su cuerpo era una raíz a la que regresaba y que tenía muy presente. Era una mujer muy inteligente, una mujer que no sabía leer ni escribir pero sí estar tranquila y defenderse. No diría, en cambio, que la muerte de mi abuela puso en marcha esta novela, solo que aumentó la sensación de desarraigo que está muy presente en esta historia. 

J.M.: Hay una pregunta que se hace la protagonista que yo he pensado muchas veces y que dice mucho de la profundidad de la novela, que es : ‘¿Por qué no es posible un mundo más amable, que no haya que despedir a un cuerpo amado en unas horas para seguir trabajando? Me imagino que lo sentiste al fallecer tu abuela o anteriormente con otros seres queridos. ¿Fue de las primeras preguntas antes de ponerte a escribir la novela?

R.L.: Sí, cuando alguien cercano muere, el mundo sigue como si no pasara nada, tanto que hay que encargarse de los trámites administrativos mientras estás velando un cuerpo y casi no puedes sostener tu propio cuerpo. Tenemos un sistema deshumanizador. Los animales tienen más tiempo para despedirse que nosotros. 

J.M.: Comienzas la novela con la descripción de parte de lo que Rocío ha vivido con su abuela, haciendo hincapié al olor a cisco, que la abuela Aurora avivaba con un soplillo y lo metía bajo la mesa para las dos. ¿Crees que cuando fallece una Persona tan importante para ti es cuando te das verdadera cuenta de que lo mejor de la vida está en esos momentos compartidos, que son muy entrañables porque provienen del amor?

R.L.: En mi caso no, por suerte soy bastante consciente de cuándo estoy en el lugar en el que soy feliz. Lo sé porque estoy muy presente. La nostalgia es tramposa y un juego fácil en el que caer. Esto lleva tiempo aprenderlo. 

J.M.: Narras un poco más adelante como una mosca recorre la espalda de Roció y vuela a un cojín azul, en forma de corazón, que le regaló un hombre con el que tiene una relación sexual pero que no se queda a dormir. El hecho de abrazar el cojín a mí, particularmente, me muestra la soledad de esa persona. ¿Es lo que quieres mostrar en la novela a la vez que el paseo de la mosca por la espalda también muestra la añoranza de las caricias del amante, o de la persona a la cual quieres?¿Qué nos puedes decir al respecto?

R.L.: La soledad me preocupa mucho. Es necesario el tacto para paliar esa soledad, el consuelo de los cuerpos. Pasé la cuarentena sola y, si me preguntan qué sentido estaría dispuesta a perder, el tacto sería de los últimos que diría. No se puede vivir (yo, al menos, no puedo) sin tocar a otro ser humano. Además, el tacto a veces llega donde no llegan las palabras. Es lo primerísimo que nos hace ser. Aprendemos a tocar y a que nos toquen antes de hablar. 

J.M.: ¿El título de la novela proviene de la capa roja que le hace su abuela para resguardarse de la lluvia, cuando se va a vivir con ella al separarse sus padres?

R.L.: Hay una frase en la novela que dice que todas las lluvias se comunican. A veces alguien llora por «una tontería», pero verdaderamente no llora por eso último que se cree, como que haya perdido un autobús o se le haya quemado una tortilla, sino porque está desbordada. También Todas las lluvias porque a veces lloramos con retraso. No hay tiempo para el duelo, vuelves al trabajo, y de repente todo lo no llorado se derrama tres años después por otro motivo menor. Una depresión es como tener todas las lluvias juntas. 

J.M.: Hay una parte en la que se expone que cuando se iba la luz se encendía una vela y se salía a la puerta a preguntar a los vecinos. En esos momentos, se ofrecían velas para que se alumbrase quienes carecían de ellas y esperaban todos juntos, produciéndose júbilo comunitario al volver la luz, mientras que ahora en solitario se está esperando con la luz del móvil encendida. ¿Crees que la soledad es la enfermedad mayor de los tiempos en que nos ha tocado vivir?

R.L.: La soledad puede ser una gran aliada para desarrollar tu creatividad y otros talentos, lo peor es cuando estás solo entre gente que tú no elegirías. Ahora estamos muy conectados tecnológicamente, pero en lo emocional muy pocas personas se vinculan. Lo virtual nos hace olvidar que tu amigo a seiscientos kilómetros no podrá acompañarte a Urgencias si te caes por la escalera y te rompes una pierna. Creo que lo peor que nos está tocando vivir es la deshumanización. 

J.M.: Rocío va a la doctora porque le cuesta mucho levantarse a teletrabajar tras la muerte de su abuela. ¿Has querido mostrar, con esa parte, que no se tiene en cuenta la importancia de lo que afecta a la persona la muerte de un ser querido y que todo te lleva a que tengas que seguir trabajando como si nada hubiera pasado al ver la respuesta?

R.L.: Creo que la muerte de la abuela es la última gota de esa lluvia, que no sabemos dónde empieza y que el sistema sanitario no tiene tiempo de estudiar. También muchos médicos se han vuelto máquinas, teclean en el ordenador, sin ni siquiera palparte o auscultarte, y pasan a otro asunto. Muy pocas personas, en cualquier caso, son capaces de ver y escuchar el sufrimiento ajeno. Trato de mostrar lo difícil que es parar, pararnos, y la profundidad. Casi todo el «progreso» consiste en ir más rápidos. 

J.M.: Con la figura de Fidel, el amigo de Rocío, ¿quieres dar el mensaje de la importancia de la verdadera amistad, sobre todo en los momentos difíciles, como es la muerte de un ser querido?

R.L.: La amistad es lo más importante para seguir siendo humanos, la amistad verdadera es la relación en la que más se practica la generosidad. El amor, en general, y la amistad, en particular, salvan. No estaríamos aquí sin un Fidel en nuestras vidas. La amistad también se muestra en los momentos felices. Los verdaderos amigos siempre se alegran más que nosotros por nuestra alegría. Saben lo mal que lo hemos pasado, conocen nuestros sueños. 

J.M.: Das mucha importancia a que a la protagonista le ayuda mucho escribir, porque al hacerlo se siente menos desdichada. También me ha llamado la atención que realmente lo que desea más es escribir, más que dedicarse a editar. ¿Has sentido lo que muestras en tu novela en tu vida?

R.L.: Sí, a veces he tenido que leer y corregir cosas infumables que se han publicado, por supuesto. Y que se venden muy bien. En cuanto a escribir, acompaña mucho y, además, hay hallazgo, belleza, asociaciones. Mi vida es mucho más rica. No concibo no escribir porque lo he hecho siempre, de una u otra forma. Para mí escribir es como respirar, aunque a veces, según la historia, pueda hacerme daño, que lo que se me revele sea doloroso.  

J.M.: Rita, su compañera de piso, no le pregunta cómo se siente al fallecer su abuela. ¿Estás queriendo mostrar algo que es muy habitual hoy en día?

R.L.: Claro, yo he convivido con personas que casi no saben cómo me llamo. Eso lo propician las grandes ciudades, el mercado inmobiliario, los precios desorbitados de alquiler, etcétera. Y, por supuesto, la manera de ser de cada persona. Hay quien se escuda en que prefiere ser maleducado que cotilla. 

J.M.: Otro personaje es Pilar, la Jefa de la protagonista. ¿Qué destacarías de ese personaje?

R.L.: Está preocupada por su trabajo, sin más, y por cumplir con el gran jefe. El resto le da bastante igual. Y ni siquiera podríamos decir que sea una mala persona, es sencillamente alguien que no se complica. En ese sentido, podríamos decir que el personaje de Siemprefuerte es más honesto, aunque pueda ser etiquetado como malvado a los ojos de la protagonista y su historia. 

J.M.: Hay un elemento al que le das mucha importancia, que es la radio de su abuelo, al cual no conoció, y que su padre no se quiso quedar y que se la dio a ella para que escuchara música los sábados por la mañana, a cambio de ayudar a limpiar a la abuela. Hablas de que tiene la radio encendida, por si así no escucha su dolor ni a su compañera haciendo ruido en la casa. ¿Qué nos puedes decir en relación a ello? 

R.L.: A veces los pensamientos rumiantes son muy destructivos, pero es peor cuando el entorno tampoco es agradable. Supongo que habla de su deseo de estar en otro lugar y de otro modo. 

J.M.: No voy a decir nada más de la novela porque lo que quiero es que la gente desee leerla, porque  tiene mucha profundidad y resalta muchos valores humanos que quisiera que no se perdieran ante la frialdad que se está viviendo en la época que estamos. Quisiera, sin embargo, que nos hablarás un poco de tu novela ‘Los besos secos’, que fue finalista del L Certamen Internacional de novela Ciudad de Barbastro.

R.L.: Es una novela que escribí en un estado de fiebre y yo diría que de gracia. Conseguí acabarla en apenas unos meses. Quería hablar del amor, porque ya había escrito antes otra novela de mucha muerte; pero ambos temas terminan por relacionarse. Es una novela en segunda persona donde la narradora protagonista se dirige a su ex, en principio, pero yo diría que, como los poemas de amor, se dirige a ese hueco, a ese no tener palabras para enmarcar la verdad (o la mentira) que se ha ido. La verdad y la mentira están muy presentes en la novela, el cómo nos contamos las cosas y aquello de lo que nunca se habla. 

J.M.: ¿Tienes algún proyecto en marcha del cual nos puedas adelantar algo?

R.L.: En 2026 se publica un libro de relatos de mujeres que podría considerarse una novela también. Son distintos puntos de vista, distintos personajes y el tiempo avanza cada vez que cambiamos de cuento y de protagonista. Me interesaba reflejar cómo todas las personas estamos, de algún modo relacionadas, y cómo todas las historias afectan a nuestra historia. Todos los personajes han perdido algo. 

J.M.: ¿Cuál es el género en el que te sientes más cómoda escribiendo?

R.L.: Cómoda del todo solo me siento escribiendo para mí, diarios, reflexiones, garabateando. Armar una novela o un relato implica cierto grado de incomodidad, de oficio, de trabajo, si se permite decir. Pero hay mucho gozo cuando fluye. Creo que la poesía también se me da, pero me siento más niña con ella, con menos armas para defenderme como para enseñarla por ahora, salvo a algunos amigos poetas. 

J.M.: Para terminar la entrevista, ¿hay algo que desees añadir que consideres importante?

R.L.: Dar las gracias por una lectura tan atenta y una entrevista con palabras tan generosas. Muchísimas gracias. 

 

                                                   Juana María Fernández Llobera

 

 

 

Temas relacionados:

Opiniones de este contenido

Esta web se reserva el derecho de suprimir, por cualquier razón y sin previo aviso, cualquier contenido generado en los espacios de participación en caso de que los mensajes incluyan insultos, mensajes racistas, sexistas... Tampoco se permitirán los ataques personales ni los comentarios que insistan en boicotear la labor informativa de la web, ni todos aquellos mensajes no relacionados con la noticia que se esté comentando. De no respetarse estas mínimas normas de participación este medio se verá obligado a prescindir de este foro, lamentándolo sinceramente por todos cuantos intervienen y hacen en todo momento un uso absolutamente cívico y respetuoso de la libertad de expresión.




 No hay opiniones. Sé el primero en escribir.


Escribe tu comentario
* Datos requeridos
Título *
Contenido *
Tu nombre *
Tu email *
Tu sitio web